Mi historia
Siguiendo mis propios pasos
Vengo de una familia de médicos y enfermeras, y he crecido viendo de cerca el cuidado de la salud de los demás.
Sin embargo, desde adolescente tenía claro que quería ser dentista para dedicarme al cuidado de la salud bucodental de
las personas.
Tras estudiar la carrera, comencé a trabajar como odontóloga y poco a poco fui viendo que la ortodoncia es el pilar sobre el que se sustentan la mayoría de los tratamientos; la mayoría de los casos complejos se planifican conjuntamente entre varios especialistas, donde el ortodoncista juega un papel fundamental.
Ingresé en el Máster de Ortodoncia de la Universidad Complutense de Madrid, uno de los más prestigiosos del país, y en el que tan solo admiten 6 alumnos al año.
Durante 3 intensos años aprendí mi especialidad y me enganché a ella, sabiendo desde el primer día que había nacido para esto, y que mi aprendizaje no había hecho más que empezar.
Dra. Tamar Longás
Mi historia
Siguiendo mis propios pasos
Vengo de una familia de médicos y enfermeras, y he crecido viendo de cerca el cuidado de la salud de los demás.
Sin embargo, desde adolescente tenía claro que quería ser dentista para dedicarme al cuidado de la salud bucodental de
las personas.
Tras estudiar la carrera, comencé a trabajar como odontóloga y poco a poco fui viendo que la ortodoncia es el pilar sobre el que se sustentan la mayoría de los tratamientos; la mayoría de los casos complejos se planifican conjuntamente entre varios especialistas, donde el ortodoncista juega un papel fundamental.
Ingresé en el Máster de Ortodoncia de la Universidad Complutense de Madrid, uno de los más prestigiosos del país, y en el que tan solo admiten 6 alumnos al año.
Durante 3 intensos años aprendí mi especialidad y me enganché a ella, sabiendo desde el primer día que había nacido para esto, y que mi aprendizaje no había hecho más que empezar.
Dra. Tamar Longás
Mi historia
Siguiendo mis propios pasos
Vengo de una familia de médicos y enfermeras, y he crecido viendo de cerca el cuidado de la salud de los demás.
Sin embargo, desde adolescente tenía claro que quería ser dentista para dedicarme al cuidado de la salud bucodental de
las personas.
Tras estudiar la carrera, comencé a trabajar como odontóloga y poco a poco fui viendo que la ortodoncia es el pilar sobre el que se sustentan la mayoría de los tratamientos; la mayoría de los casos complejos se planifican conjuntamente entre varios especialistas, donde el ortodoncista juega un papel fundamental.
Ingresé en el Máster de Ortodoncia de la Universidad Complutense de Madrid, uno de los más prestigiosos del país, y en el que tan solo admiten 6 alumnos al año.
Durante 3 intensos años aprendí mi especialidad y me enganché a ella, sabiendo desde el primer día que había nacido para esto, y que mi aprendizaje no había hecho más que empezar.



Buscando algo más
En mi trayectoria profesional como ortodoncista he ido viendo cómo la demanda de estética por parte de los pacientes ha ido en aumento, haciendo necesaria la aparición de nuevas técnicas cada vez más estéticas y cómodas para ellos.
Aún así nunca he querido darle al paciente tan solo lo que me pide, sino también lo que necesita, porque no siempre lo que una persona me pide es lo más conveniente en su caso. Si quieren un tratamiento con fundas transparentes, porque lo han oído o se lo han visto a alguien, como profesional de la salud debo indicarle si es o no lo más conveniente en su caso.
En esta lucha por encontrar un tratamiento que diera a mis pacientes lo que ellos querían, 100% estética, y que además me permitiera darles lo que su caso requería, 100% salud, apareció la ortodoncia lingual, como esa solución a 360 º, que por fin me hizo descansar, sabiendo que ahora sí, todos estaríamos satisfechos, mis pacientes y yo.
Buscando algo más
En mi trayectoria profesional como ortodoncista he ido viendo cómo la demanda de estética por parte de los pacientes ha ido en aumento, haciendo necesaria la aparición de nuevas técnicas cada vez más estéticas y cómodas para ellos.
Aún así nunca he querido darle al paciente tan solo lo que me pide, sino también lo que necesita, porque no siempre lo que una persona me pide es lo más conveniente en su caso. Si quieren un tratamiento con fundas transparentes, porque lo han oído o se lo han visto a alguien, como profesional de la salud debo indicarle si es o no lo más conveniente en su caso.
En esta lucha por encontrar un tratamiento que diera a mis pacientes lo que ellos querían, 100% estética, y que además me permitiera darles lo que su caso requería, 100% salud, apareció la ortodoncia lingual, como esa solución a 360 º, que por fin me hizo descansar, sabiendo que ahora sí, todos estaríamos satisfechos, mis pacientes y yo.


Mi filosofía
Yo no me dedico a vender aparatos, trato personas. Trato maloclusiones, trato bocas con dientes desalineados, trato personas a las que su sonrisa les disgusta, trato pacientes con dolores en la articulación de la mandíbula que no saben que eso podría solucionarse con ortodoncia haciendo que sus dientes encajen bien, trato pacientes con apnea obstructiva del sueño que necesitan una máquina que les da oxígeno para dormir y que no saben que su problema se puede solucionar con ortodoncia y cirugía ortognática.
Trato personas mejorando su salud a través de la ortodoncia lingual, una ortodoncia 100% estética, pero también 100% eficaz y sin limitaciones.
Se cierra el círculo aunando los deseos de mis pacientes y mi obligación como ortodoncista, mejorar su salud. Porque no lo olvidemos, no somos solo diseñadores de sonrisas, somos ante todo profesionales de la salud.
Ahora sí podemos sonreír juntos.
